La adaptación se refiere a aquellos cambios y mutaciones en el ámbito genético que adoptan ciertas especies para poder sobrevivir en un ambiente con características específicas.
Estos cambios estructurales pasan a las siguientes generaciones, es decir, son hereditarios. En la adaptación pueden competir organismos similares, y aquel que logre sacar el mejor provecho del ambiente que le rodea, es el que estará mejor adaptado.
El ambiente juega un papel fundamental en la adaptación de los organismos; en la mayoría de los casos, la adaptación se desarrolla precisamente por una variación en el ecosistema en el que habitan ciertos individuos. El medio dictará las condiciones que son necesarias para que un individuo o especie pueda desarrollarse con éxito y lograr la supervivencia.
Cambios físicos y de comportamiento
El proceso de adaptación puede referirse a aspectos físicos, elementos estructurales de un organismo. Y también puede referirse a aspectos relacionados con su comportamiento ante las circunstancias que le rodean. Si se detallan las características de los organismos, en algunos casos pueden observarse elementos que alguna vez fueron resultado de una adaptación, pero que actualmente no cumplen con una función importante, o si quiera útil, debido a que las condiciones han cambiado. Estos elementos llevan por nombre órganos vestigiales; por ejemplo, son órganos humanos vestigiales el coxis, el apéndice y los pezones masculinos.
En el caso de los animales, también pueden encontrarse estructuras vestigiales: rastros de las patas traseras en las ballenas, u ojos en animales que viven en ambientes subterráneos en completa oscuridad. Estas estructuras corresponden a elementos de sus antecesores, que no son necesarias en la actualidad.
Generalmente, la adaptación genera cambios en una especie, pero ésta mantiene la esencia de su naturaleza. Sin embargo, existen casos en los que se ha generado una especie completamente nueva a partir de una adaptación, originada por aspectos ambientales, por aislamiento de los individuos, entre otros motivos.
El proceso de selección natural permite que solo los individuos más aptos sobrevivan y logren reproducirse.
La teoría de la selección natural indica que aquellos organismos con características más funcionales con relación a su entorno, tienen mayores posibilidades de reproducirse y sobrevivir en dicho entorno, en lugar de los organismos que carecen de estas habilidades.
Como consecuencia de esta diferenciación, los organismos con las características más desfavorables se reproducen menos y, eventualmente, pueden dejar de existir, dando paso a aquellos que se desenvuelven mejor en un hábitat determinado.
Dado que existe diferenciación entre los organismos, podrá evidenciarse cuál de ellos tiene las características que le permiten mayor capacidad de funcionamiento y desarrollo en un entorno con peculiaridades específicas. Es importante resaltar que la selección natural está asociada a circunstancias puntuales, relacionadas con un momento y un lugar determinados.
Todas las variaciones que se generen y que sean de provecho para la especie, pasarán a formar parte del individuo, e incluso se heredarán a las siguientes generaciones, si resultan vitales para la supervivencia de dicha especie.
La selección natural no debe considerarse una fuerza que actúa desde el exterior; se trata de un fenómeno que se genera cuando existe preponderancia de un organismo sobre otro dadas sus características reproductivas superiores. Puede decirse que ha ocurrido una selección natural cuando las adaptaciones hechas por los organismos son consistentes en el tiempo, y no ocurren como consecuencia del azar, sino que persisten en grandes poblaciones y por varias generaciones. Relación entre adaptación y selección natural
Como puede deducirse de los conceptos anteriores, la selección natural y la adaptación son nociones íntimamente vinculadas. Los organismos que han logrado variar su estructura física o su comportamiento para poder desenvolverse mejor en un ambiente específico (es decir, los que se han adaptado), son los que podrán seguir desenvolviéndose en dicho ambiente, podrán seguir reproduciéndose y, por ende, podrán seguir existiendo.
Asimismo, los organismos que no lograron adaptarse a sus entornos no podrán reproducirse y, por ende, terminarán desapareciendo naturalmente. Es decir, la adaptación corresponde a las variaciones en los individuos o especies, y la selección natural se refiere a la mejor oportunidad de supervivencia de esos individuos o especies que lograron adaptarse.
Entonces, las adaptaciones son esas cualidades que han sido seleccionadas naturalmente y que han permitido que una especie permanezca en un lugar, que pueda reproducirse y que pueda producir varias generaciones de individuos. Los individuos adaptados son los elegidos naturalmente para permanecer en dicho lugar.
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